Un indice de la Comisión Europea sitúa a la capital catalana entre las 10 urbes de más un millón de habitantes en creatividad y cultura.
El nuevo comisionado de Cultura de Barcelona, Joan Subirats, ha planteado en sus primeras comparecencias y apariciones hasta qué punto puede competir Barcelona en el campo del patrimonio artístico con capitales como Londes, París o Madrid. Y ha apuntado que debe hacerlo, con posibilidades de éxito, en su propio terreno: la formación, la creatividad, la investigación y el conocimiento. Y efectivamente, según un índice establecido por la Comisión Europea para intentar evaluar objetivamente el grado de actividad cultural y creativa de las ciudades europeas, en el que contabilizan 29 indicadores que van del número de museos o conciertos al de trabajadores en nuevas tecnologías o el número de licenciados en humanidades, Barcelona aparecería como la novena gran capital cultural europea, jugando en la misma liga que Berlín (aunque lejos de la capital que descolla en todos los parámetros, París) y cuatro posiciones por encima de Madrid.
Los activos
De Barcelona, el monitor destaca que es “la capital de la cultura catalana”, que es la única ciudad del mundo con nueve monumentos patrominio de la humanidad según la Unesco, “una ciudad plural y abierta con dos lenguas oficiales” y es “reconocida por diseñar estrategias y medidas concebidas para apoyar un modelo de ciudad creativa (el programa de factorías de creación) y la emprendeduría creativa” y por “fomentar el uso del espacio público como espacio cultural”, como en la Mercè o el Festival Llum Barcelona.
Además de citar sus museos, el perfil de Barcelona destaca que “alberga cada año más de 170 festivales culturales, que se centran en todos los campos –música, artes escénicas, literatura y cine- y movilizan a más de dos millones de participantes”, algunos de los cuales de “dimensión internacional” como el Sónar o el Primavera Sound. Finalmente, se destaca desde su premio europeo a la innovación como ‘iCapital’ a la potencia de su “red de bibliotecas, festivales literarios e industria editorial”.
Fuente: El periódico.com